Cuarenta años y un día llevan escribiendo su historia sin saber que son los culpables.

Culpable ella de que llore al escucharte, canción. Culpable él de que quiera superarte, dolor.
Culpable ella de que me emocionen los días, vida. Culpable él de que quieras ser mejor, amor.
Culpables ambos de ponerte tan alto el listón, corazón.

 

 

Gracias por ser los culpables.