La soledad la acechaba,
desde cada una de las cuatro paredes
de aquella fría habitación
queriendo adueñarse en silencio
de los cortos días
y las eternas noches.
Pero pronto se dio cuenta de que no estaba sola,
estaba con ella
desde aquel diciembre y para siempre.
Llegó ella y crecieron los días.
Preciosa foto y emocionante texto